El dragón es una de las insignias más antiguas del arte de los países Orientales (nos referimos más específicamente a China y Japón), donde a su vez existen varias formas y lenguajes para referirse a él. Para esta cultura milenaria no sólo es el protagonista de muchas de sus leyendas mitológicas, y representado en muchas pinturas y caligrafías a lo largo de los tiempos, sino que su gran carga simbólica le ha otorgado el papel de ser divino y poderoso, hasta el punto de ser fiel acompañante y exclusivo representante de los propios emperadores a lo largo de la historia en Oriente.
Para este curso sentimos necesaria la proyección de imágenes que nos aportan información visual para comprender varias maneras de pintar las escamas que cubren el cuerpo del dragón, jugar con diversos soportes, dibujar ideas y conocer historias. La selección de estas imágenes, muchas de ellas canonizadas por la Historia de Arte, nos sirven -entre otras cuestiones- para entender la magnitud del cuerpo en el proceso creativo y nos guía en la transformación hacia los verdaderos dragones.
En este punto cabe aclarar que, a diferencia de sus mellizos occidentales, los dragones orientales no escupen fuego ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar y transformar nuestras vidas gracias a su benévola magia.