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BLOG ・breves lecturas sobre arte oriental
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・breves lecturas sobre arte oriental・


Por Elena Torres Alvarez 27 de marzo de 2025
ROJO TEJIENDO PAPEL NARANJA QUE ESCRIBE HILO VÍVIDO Para una aproximación a la obra de Luciana Rago Ferrón Con los colores del día que se transforma, Luciana Rago (San Juan, Argentina, 1982) nos brinda en este repertorio de obras una indagación en el suceder de la forma artística y sus límites. Elusivas e indirectas, apoyándose en principios y técnicas de la pintura monocromática japonesa y china, aunque sin perder de vista los lenguajes contemporáneos de la abstracción y lo objetual, variadas en un rango que abarca desde la instalación a la pintura sobre papel, las piezas de Rojo anaranjado vívido van más allá de un intento intelectual de conformar obra o consolidar ciertos patrones formales. Lo mismo que el cuerpo que baila y se desplaza, las manchas complementarias en el anverso y reverso de los papeles de fibras vegetales que la artista utiliza aluden a las interacciones de los materiales con la gravedad, de estos con las infinitas posibilidades del ritmo de la tinta en interacción con el agua y la sorpresa por la aparición inesperada de los relieves de pliegues y dobleces frutos del azar o del error, incorporados de manera ineludible al proceso creativo. Para Rago, la forma no es un esfuerzo que se imprime sobre la materia, sino que la pieza surge, intuitiva y fuera de un impulso racionalizador, a partir de un encuentro fortuito entre el gesto y los materiales, una interacción circunstancial del cuerpo con el papel vivo que no puede preverse, concretarse, seriarse, corregirse ni modificarse. La técnica entonces es para la interiorización del gesto, esto es, un cauce que posibilita que después la forma aflore, externa, cuando se deja de hacer o cuando el entorno interviene para no hacer/dejar de hacer. Y es que la obra, tal como señala Anna Cheng en su Historia del pensamiento chino al describir las lógicas del texto oriental, es una textura: no glosa el mundo a modo de comentario, sino que lo hace aparecer, fulgurante en toda su vaguedad e indefinición ajena al sentido. La artista se inserta de este modo en una práctica con los flujos de lo vivo y donde la pieza es la posibilidad de acercarse a ese estado en cada momento único y distinto de lo real. Al hacerse, la obra va estableciendo una relación vital misteriosa y no dominada entre papel y tinta y las interacciones del cuerpo, entre la mano y el pincel, el hilo y las condiciones del espacio, los materiales empleados y el tiempo. En Rojo anaranjado vívido cada pieza es una instantánea de la experiencia del suceder que capta ese movimiento constante del transcurrir y sus transformaciones. Desinteresada de sí y del sujeto que la crea, cada obra se convierte entonces en una baliza para va marcando aleatoriamente puntos de ese tejido que conecta a las cosas, señales parciales que remiten a la totalidad que subyace a lo existente/inexistente. De ahí la importancia de los materiales empleados y su significado a la hora de adentrarnos en esta muestra. Tanto el papel Xuan (papel de fibras de morera) como el Tengujo (papel casi traslúcido de fibras vegetales) empleados por la artista son planos de fibras orgánicas —porosos y permeables, por tanto— que marcan una preeminencia de lo táctil frente a lo visual. Las texturas y veladuras pueden hacer referencia a las nubes o rocas propias del Sumi-e oriental (pintura aguada de tinta que Rago tan bien conoce y enseña), pero lo que se pone en primer término son relaciones sinestéticas, el ritmo de los relieves estriados frente a lo uniforme, lo sincrónico del objeto frente a la diacronía del discurso. Junto a ellos, el hilo —cuerdas de cáñamo trenzado— es un material modesto que trae a la práctica de la artista un componente tradicionalmente ligado a destrezas artesanales, muchas veces feminizadas (Hilar adiestra las manos, pero tejer desafía la mente, era un título de una obra de Rago fechada en 2021). En relación a estos cordeles, la artista acude además al rango de los rojos y los naranjas en una alusión directa a los quipus andinos. Estos dispositivos textiles que porta en torno a la cintura el quipucamayoc, contable mayor o contador de historias según el caso, están compuestos de cordeles de distintas longitudes y nudos que se sitúan a diferentes distancias, donde se codificaban —y siguen codificando, pues esta escritura textil ha sobrevivido a los intentos de exterminio de la colonia— historias, cuentas y leyes y donde cada color significaba un tipo de pecado: negro, asesinato; verde, beso superficial sobre un costado del rostro; blanco, pecado venial; amarillo, hipocresía; gris, mentira; rojo anaranjado vívido, robo. Si estos “cordejuelos” como los llamó Pedro Sarmiento de Gamboa en su Historia del reino de los incas (“Es cosa de admiración ver las menudencias que conservan en aquestos cordelejos de los cuales hay maestros como entre nosotros del escribir”) son a la vez objeto y notación, el tipo de escritura textil que manifiestan tiene que ver con los cueros vegetales que en La siesta de las cosas, obra de Luciana Rago expuesta en 2017 en la sala Matadero (Madrid) y en la que los largos papeles manchados, colgados, semejaban pieles animales de gran formato en un espacio que había servido antes para el despiece de carne para el consumo. Y es que, Rago, versada en el trazo caligráfico que en las artes orientales es a la vez pintura y escritura, conoce los códigos dobles que apuntan a naturalezas no esenciales, lo que, siendo una cosa, puede también ser otra o las dos: gesto abstracto, cuero de papel, textil esclarecedor. En Rojo anaranjado vívido el arte simplemente surge y de ese surgir sutil y ajeno a una elocuencia justificada resulta una manifestación de la vida, gota de tinta aguada que fluye bajo leyes no dominadas. Si Rago va más allá de la representación, en una aprehensión intuitiva que investiga la íntima cohesión de la materia animada e inanimada, su obra logra así exponer las leyes caóticas e inciertas que gobiernan nuestra existencia y que sólo una alusión indirecta pone de manifiesto. Porque, tal y como lo enuncia Si Kontang: A veces sabemos que es mejor la vida, latiendo inconsecuente, la simple grandeza de lo que está frente a los ojos. Sabemos que lo inmediato tiene un poder de sangre circulando, sin ninguna eternidad ni dilación. Estar ahí, sintiendo, es igual que el fuego que se consume sin memoria de sí y sin imagen. […] Salir del pensamiento y de su trampa es encontrarse a un ermitaño, celebrar con él la alegría de la vida (Las veinticuatro categorías de la poesía, trad. de Pilar González España, p. 131). En el poema-ensayo “La ceguera del poema”, el poeta Mario Montalbetti reflexiona sobre la no-relación entre decir y ver, es decir, el peso abrumador de la realidad literal en la que es precisamente la falta de un sentido la que “cierra tanto al poema como al mundo / en sí mismos”. En este desfase radicalmente elocuente del mundo y la manera en que lo expresamos es gracias a estos procedimientos de aprehensión intuitiva que Luciana Rago actualiza que se logran poner de manifiesto las paradojas de que la espontaneidad es un largo camino de despojamiento estético y vital, que la obra y la vida son magras y sólo resultan por efecto de fuerzas extensas que no se controlan. La indagación en la técnica se vuelve entonces una forma de perseguir cierto estado mental para no precipitarse ni imponerse, para ser capaces de escuchar accediendo al equilibrio dinámico entre mano, pincel, tinta y soporte, es decir, para llegar a la expresión no pretendida, para que la esencia del arte se enuncie a sí misma, no mediante la intención de su creadora, sino para hacer visible lo que no puede verse ni pensarse completamente. ¿Cómo, si no, se plasmaría lo vivo en sus transformaciones? ¿Cómo estos impulsos rojos, anaranjados y vívidos llegarían a ser manifestaciones singulares e iguales de esa pulsión que nos une y que a falta de otra palabra llamamos arte, belleza, poesía, tao, amor o vida? Daniela Martín Hidalgo
Por Luciana Rago 23 de abril de 2024
“¿Qué fuiste a buscar a India y qué encontraste? Me han formulado esta pregunta de muchas maneras a lo largo de muchos años. Ha llegado el momento de contestarla y creo pertinente, para empezar hacerlo plural. ¿Qué fuimos a buscar a India los de Occidente? ¿Qué encontramos? Chantal Maillard , “India” -------------------------------------------------------------------------------- Así como para ir a Japón una puede navegar en Google Maps y tener una visualización de los espacios donde va a ir, en China no sucede así. Tienen sus propios servidores y para los occidentales –que no hablamos chino, como yo- suele ser difícil acceder a una pre-visualización de lo que va a encontrar. Antes de ir no sabía nada, una suerte. Mi deseo de ir a China, estuvo allí desde que mi maestro Li Chi Pang me hablaba de los paisajes de montañas y de los pintores que más le gustaban. Todo esto en mi cabeza desde el día en que empecé a tomar clases de pintura china con él en 2013. En 2019 apliqué a un programa de residencias para artistas en Tao Hua Tan (Anhui, China), pero antes de que pudiera ir, por el COVID, China se cerró. El martes 13 de junio de 2023 Gordan Novak, artista y comisario quien organiza junto a Liu Jian este programa de residencias, volvió a escribirme para saber si estaba interesada en ir. En ese momento morí. El 12 de octubre de 2023, setenta artistas plásticos de diferentes países llegamos allí por muy diferentes razones. Las mías son las únicas que conozco muy bien: ese era el sitio del poeta Li BO (李白) considerado uno de los mejores poetas de la dinastía Tang, pero también de pintores como clásicos como Mei Qing (梅清) y Zixi (子西). Durante tres semanas pinté cada día para la exposición colectiva que se hizo como cierre final de la residencia, en el Museo provincial de Hefei 合肥久留米友好美术馆. En ese tiempo fuimos a una fábrica de té verde, a caminar los senderos de la Montaña Amarilla (¡increíble!), a visitar una ciudad de la Dinastía Tang y a conocer la Fábrica de Papel RED STAR. En ella pude ver la forma de creación de un pliego de papel Xuan de 10x5 metros. Quizás uno de los pliegos más grandes que se fabrican en China en la actualidad. Este programa de residencia artística fue posible a tanta gente de china que nos cocinaron, limpiaron las habitaciones, gestionaron el transporte, buscaron los materiales para realizar las piezas y también gracias a tantos artistas-compañeros que cada noche compartían sus procesos creativos y sus formas de mirar la vida a través del arte. ------------ Guoping Wei, pintor tradicional chino, es el actual dueño de Tao Hua Tan y fue quien tan generosamente nos recibió en ese proyecto cultural tan inmensamente grande como inmensamente paradisíaco. Este lugar puede visitarse ya que está abierto al público. En un complejo con muchos edificios con diferentes funciones que están rodeados de montañas, con un río que lo separa del pueblo, montañas verdes y varios museos que albergan pinturas y caligrafías de los mejores artistas tradicionales de la zona. Tuve la suerte de verlo pintar por dos horas y luego pintamos juntos un bambú. Eso fue lo que fui a buscar. Eso fue lo que encontré. Eso fue lo que me traje. *Luciana Rago
27 de junio de 2022
Por segundo año consecutivo organizamos desde Shodo Creativo este encuentro de PINTURA PARA DES-ORIENTARSE en el paisaje. Titulamos este retiro “Tres deseos en el bosque” porque nos interesó armar un programa en la naturaleza con los deseos de cada una de las participantes. Así surgió la idea de pintar el mismo árbol en tres momentos diferentes del día (mañana, tarde y noche), de pintar en gran formato, de hacer alguna actividad para “sentirse como en casa” y de poner conciencia en el presente para TENER MÁS TIEMPO. Algunas de las propuestas giraron en torno a recorrer con la MIRADA el y los HORIZONTES de las sierras que nos rodeaban, SILENCIAR EL SENTIDO DE LA VISTA para escuchar los sonidos circundantes, trabajar en PINTURA COLECTIVAS y utilizar EL CUERPO COMO UN SOPORTE más dentro de la pintura. En estos tres días encontramos un ESPACIO DE LIBERTAD para re-descubrir el mundo a través de los sentidos. ***Actividad coordinada por Luciana Rago para Shodo Creativo***
Por Elena Torres Alvarez 19 de diciembre de 2020
Cada año intentamos buscar un regalo que guste por su originalidad, valor artístico, funcionalidad... y si puede ser artesanal, mejor. Y por suerte algunas de nuestra alumnas nos ayudan con este lindo propósito gracias a sus lindos trabajos relacionados con el arte y artesanía de Japón. Aquí podrás encontrar mascarillas y carteritas confeccionadas con sedas antiguas japonesas, caligrafías de poemas antiguos japoneses presentados en formatos tradicionales como son el tanzaku y el shikishi, pendientes y tocados para el pelo hechos con motivos en origami y mizuhiki... y otras muchas cositas más!!! Puedes pedir encargos y envíos por correo, y también puedes venir a verlo directamente a nuestro estudio en Tu Patio bajo cita previa: 686 533 048 Gracias Carol y Susana por tan lindo trabajo! Seguro que con ellos vamos a sorprender! Origami y Mizuhiki: Corazón de Washi Caligrafía japonesa: Alma de Tinta
Por Luciana Rago 1 de septiembre de 2020
Este curso de pintura oriental constó de dos partes: el viernes con una introducción teórica y proyección de imágenes , y contamos con la presencia de personas que asistieron de Costa Rica, México, Mataró, Segovia y de las afueras de Madrid; y el sábado nos juntamos a pintar y a mancharnos las manos y los codos con tinta china de verdad para hacer emerger las cascadas desde el fondo del papel. En la videoconferencia hablamos sobre la clasificación de las cascadas según el caudal de agua y la forma específica que adquiere en el paisaje. Cascada repisa, cataratas enormes, saltos de agua como una cola de caballo, cascadas multi-pasos, cascada velo y luego las reconocimos en pinturas de paisajes de montañas de pintores clásicos y contemporáneos. El sábado en un hermosísimo encuentro pintamos las cascadas haciendo aparecer el serpenteo del agua, la tinta salpicada, el ruido de los rápidos y también aparecieron las venas del dragón como ese hilo invisible que recorre y une el paisaje a lo lejos. Pero ya dejamos el agua. Está empezando a hacer fresquito por las noches y nos volvemos más introspectivos para abrazar el otoño. Gracias a todas las personas que han confiado en nuestro trabajo una vez más.
Por Luciana Rago 10 de agosto de 2020
“Según el budismo, nuestra verdadera naturaleza está oculta de la misma manera que se oculta una luna cubierta de nubes.” Kenneth Kraft
Por Carla Padín 10 de agosto de 2020
Hace mucho - tanto que no puedo recordar dónde - leí que los pájaros escribían con las huellas de sus patitas y con su caca. Pensé en el cielo y en los que en las estrellas pueden leer las constelaciones, en los que hablan del mundo como un libro que se puede leer. En las tantas escrituras. Y hace poco di con la bellísima explicación de que el hiragana - el silabario fonético japonés - surge de los trazos que dibuja en el aire la danza de las flores del cerezo al caer (1). La historia de la escritura en Japón está completamente entramada con la historia de su cultura, sobre todo, de su estética. Porque en este país que encumbra la caligrafía como una de las bellas artes, el hiragana es una obra de arte, una creación estética.
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