El último estilo de caligrafía en aparecer es el llamado
Gyousho 行書 o “escritura que corre o camina” que surge de la necesidad de una escritura diaria más rápida e incluso más emocional y que sienta las bases de la forma semi-cursiva de la caligrafía. El estilo Gyousho no es ni tan fuerte y rígido como el Kaisho ni tan ilegible como el Sousho y posibilita un orden de trazos no tan estricto. La idea es conseguir formas más suaves y redondeadas que en el estilo Kaisho pero que pueda entenderse y sea fácil de leer, no como en el estilo Sousho que, al sintetizar tanto la letra se torna prácticamente ilegible incluso para los propios nativos de esta lengua.
El maestro por excelencia del Gyousho es el famoso Wang Xizhi 王羲之
(en japonés, Ou Gishi), fue adelantado en materia artística de su época y su obra más relevante en este estilo es el “Prólogo a los poemas compuestos en el Pabellón de las Orquídeas” 蘭亭序, en chino Lantingji Xu, en japonés Ranteijou, escrito en el año 353 d.C. Esta obra no solo está considerada como uno de los mayores tesoros caligráficos de todos los tiempos sino que es también la fuente del desarrollo del idioma japonés, incluso lo es en la actualidad y ha sido tema de numerosas obras de teatro y novelas por nombrar solo algunos ejemplos de su alcance a nivel cultural
El emperador Wu de Liang 梁武帝dijo una vez del Sho o caligrafía de Xizhi, que “es tan poderoso como un dragón saltando a través de la puerta celestial y un tigre agazapado en la Torre del Fénix”. Después de la noche en la que Xizhi escribió su obra maestra, éste trató de repetirla, pero a pesar de terminar cientos de copias, nunca fue capaz de superar el original.