Reisho

Reisho 隷書 o escritura de los escribas

Podemos encontrar los inicios del estilo Reisho 隷書 en pequeñas tiras de bambú o Mokkan 木簡 durante el período de los Reinos Combatientes (475-221 a.C.). A finales de este período varias circunstancias posibilitaron que esta escritura se convirtiera en oficial. Por un lado la creciente necesidad de una comunicación por escrito obligó a simplificar los caracteres en estilo de pequeño sello, por otro lado la invención del papel y la mejora de las herramientas de escritura como el pincel, convirtieron este nuevo estilo en hegemónico al mismo tiempo posibilitó que se volviera más sofisticado el campo cultural de la antigua China. 

El kanji Rei 隷 significa “esclavo” pero también hace referencia a “pequeño funcionario”, por lo cual, los historiadores creen que fueron las clases más bajas, como los funcionarios, quienes iniciaron el uso de este tipo de escritura. 

Dos rasgos fundamentales diferencian el Reisho del estilo anterior Tensho 篆書. El primero de ellos se refiere a la variación de grosores de los trazos resultante del cambio de presión con el pincel -algo que también aporta ritmo a la escritura-, por otro lado pasan de ser caracteres verticales a caracteres horizontales.

Otra cuestión muy significativa es el uso de una técnica de pincel llamada Gyakunyuu Heishutsu 逆入平出 (trad. “entrada inversa, salida con calma”) mediante la cual se invierte la entrada del pincel escondiendo la punta antes de continuar el trazo en su dirección natural, haciendo que el comienzo tenga una apariencia redondeada. En muchos de sus trazos horizontales, el final del trazo engorda, trazándolo con calma, bajando el pincel antes de saltar hacia el final, algo que en japonés es conocido como Santou Gan-o 蠶頭雁尾 (“la cabeza de gusano de seda y la cola de gallina”). Estas cuestiones técnicas, de una sutileza invalorable hacen que se convierta también en uno de nuestros estilos de estudio en nuestras clases. 

Por su aspecto solemne, elegante y altamente legible, este estilo aun es usado con fines ornamentales y también para sellos personales.


                                                                              Texto escrito por Elena Hikari
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