Reliquary

Tinta y acuarelas sobre papeles Tengujo y Wenzhou
Como artista me interesa la idea de intercambio y a partir de ella realizo diferentes operaciones pictóricas. Utilizo materiales de alta especificidad técnica, como papeles de fibras vegetales (tengujo y kashimir), en contraste con elementos precarios y humildes, como papeles hallados en la calle; pero siempre y en todos los casos materiales con el sello de la fragilidad y vulnerabilidad evidente[1]. En esta serie, la fragilidad del papel es un correlato de la fragilidad de los discursos en tanto es imposible sustentar un relato hegemónico, sin fracturas por las que asomen sus contradicciones y su precariedad; tal como pretende la historia canónica del arte. El papel se convierte en escultura y la pintura en harapos, una huella melancólica provocada por la disposición de los fragmentos rasgados. 

Reliquary responde a una línea de investigación que intenta arrancar la pintura de las clásicas dos dimensiones e incluir la idea de tiempo en el recorrido de su creación y en su instancia de socialización. Esta propuesta pretende ser una reflexión sobre las posibilidades de la pintura para dividir, separar la materia del resto; dibujar líneas que ponen límites, fronteras, también entre la forma y el resto, lo informe.
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