Para conseguir esa fluidez en los trazos, es importante conocer la forma Kaisho o escritura regular para reconocer sus trazos y su orden de escritura. De esa manera uno puede sentirse seguro y no mostrar titubeos en la escritura a la hora de recorrer la hoja de papel con unos trazos que buscan a otros de manera suave y sin progresiones bruscas. Incluso, conocer la forma Gyousho, la escritura semi-cursiva, nos puede preparar para lograr suavizar al máximo la escritura sin perderse en el recorrido.
Durante los cambios de ritmo, no paramos, sino ralentizamos la velocidad para no marcar las esquinas, por ejemplo. Y la intervención del cuerpo para conseguir dichos resultados es más necesaria en la práctica de este estilo que en otros. Esta apariencia tan abstracta de los caracteres pueden hacernos pensar que se hacen al azar, pero como todos los estilos, tiene sus reglas y se convierte en un verdadero desafío a la hora de entender o “leer” sus kanji.
Necesitamos cultivar una actitud específica para adentrarnos en el estudio de este estilo, darle vida a los trazos y poder disfrutarlo, ya que su ejecución requiere un alto contenido de improvisación y por lo tanto de atención en el momento presente.
Texto escrito por Elena Hikari